los cantautores se me hacen soportables hasta que hacen repetición de su mayor logro: un cierto equilibrio entre musicalidad e imágenes literario-poéticas. el bilbilitano angel petisme alterna la poesía con su faceta musical con cierto acierto. en sus discos siempre cuela canciones en las que música y poesía mantienen ese equilibrio presto a la repetición. “exitos secretos” es eso, un recopilatorio de sus éxitos que no han sido aireados en las radioformulas al uso (no es su negociado). aquí están canciones de su discolibro dedicado a don luis buñuel (“los sueños se revelan” o “los olvidados” –imperdonable no incluir “mar que no quiere ser mar” o esa joya del surrealismo aragonés de secano “polisoir milagroso”-), sus colaboraciones con paco rabal (“el tranvía verde”, ¿por qué no “el arco iris y la cataplasma”?), la nominada a mejor canción en lengua minoritaria en aragón (“te debo una canzion”, su única incursión en el aragonés)… y su mayor acierto “donde muere la carretera”, evocación de la cotidianidad en la vida rural de hace unas décadas.martes, 27 de marzo de 2007
angel petisme
los cantautores se me hacen soportables hasta que hacen repetición de su mayor logro: un cierto equilibrio entre musicalidad e imágenes literario-poéticas. el bilbilitano angel petisme alterna la poesía con su faceta musical con cierto acierto. en sus discos siempre cuela canciones en las que música y poesía mantienen ese equilibrio presto a la repetición. “exitos secretos” es eso, un recopilatorio de sus éxitos que no han sido aireados en las radioformulas al uso (no es su negociado). aquí están canciones de su discolibro dedicado a don luis buñuel (“los sueños se revelan” o “los olvidados” –imperdonable no incluir “mar que no quiere ser mar” o esa joya del surrealismo aragonés de secano “polisoir milagroso”-), sus colaboraciones con paco rabal (“el tranvía verde”, ¿por qué no “el arco iris y la cataplasma”?), la nominada a mejor canción en lengua minoritaria en aragón (“te debo una canzion”, su única incursión en el aragonés)… y su mayor acierto “donde muere la carretera”, evocación de la cotidianidad en la vida rural de hace unas décadas.
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